Belgrano, la tipografía.
Fuente de inspiración.
La poesía hecha letra.
Análisis y reflexión de una escritura diminuta pero poderosa.
La escritura de Manuel Belgrano es un claro manifiesto de su formación y su educación.
El tamaño de la letra escrita es extremadamente pequeño. De altura constante y sin grandes sobresaltos, sus ascendentes y descendentes acompañan el renglón armoniosamente.
Proporcionada altura de mayúsculas respecto a las minúsculas, siempre manteniendo ese tamaño que nos lleva a preguntarnos cómo lograba el detalle en el trazo, cómo manejaba la carga de tinta con la pluma de la época para no plenar los ojos de la letra con tan pequeño signo sobre un papel que aún no presentaba la calidad a la que estamos acostumbrados hoy en día.
Es interesante observar como mantiene ordenadamente el apoyo sobre la línea de base, así como también el eje de inclinación se desarrolla constante a través de los renglones, por ser manuscrito, es de un orden y una estabilidad destacadas.
No exagera en ornamentaciones y rasgueos o swashes.
Pone énfasis en las ascendentes de la letra “d” de caja baja. En la “R” de caja alta mantiene el doble trazo de inicio en parentesco con la “B” insignia de su apellido.
Usa abreviaturas en exceso, en ocasiones conviven juntas en un mismo renglón.